Por Jimena Giralt, gerente de comunicaciones Cono Sur de Corteva
La pandemia nos hizo repensarnos a todos. En las organizaciones, las personas que tenemos a cargo la comunicación externa, la narrativa pública, el storytelling de marca y la reputación corporativa, hemos experimentado en estos meses el desafío de encontrar un tono acorde para nuestro trabajo ante la anómala situación de hiperconectividad e hipersensibilidad de cuarentena, que generó una audiencia potenciada pero conmovida en extremo y, por ende, vulnerable.
Reuniones, plannings, estrategias para poder ofrecer enfoques a una inquietud transversal a todos: ¿cómo se comunica en este contexto? Pasaron las semanas, y observando los comportamientos comunicacionales de las organizaciones, podían encontrarse patrones comunes en muchas marcas.
Quizás el más recurrente haya sido la intención de montar el storytelling corporativo sobre la pandemia, y su emocionalidad. Hemos visto campañas de productos que procuraron enlazarse a la sensación de “libertad interna” en días de encierro, a la idea de vivir el hoy, y sólo el hoy, invirtiendo y comprando eso que tan bien nos hace, pues la incertidumbre por el mañana es demasiado alta. Trabajaron exitosamente sobre la expectativa, sobre las emociones de la crisis, y sin dudas, lograron el objetivo que se habían propuesto: persuadir.
Desde mi óptica, el objetivo a perseguir desde la comunicación actual debe ser otro: empatizar. En este escenario, las organizaciones debemos trabajar sobre el eje de la cercanía con las audiencias. La innovación, el valor de los contextos seguros, confiables y de calidad para el posicionamiento de las marcas pasa por tener claridad en el propósito, en la visión organizacional. Es momento de fortalecer el puente que nos une.
Estamos ante la oportunidad de volver a una comunicación más humana, que recupere los valores de lo simple, de lo real, de lo importante. Y nuestros mensajes deberían apuntar a explicitar los fundamentos de por qué hacemos lo que hacemos. ¿Para qué? ¿Cuál es nuestra misión en las comunidades en las que operamos? ¿Cómo agregamos valor?
Corteva es una compañía de agricultura que está completamente dedicada a la agricultura. Con curiosidad, integridad e innovación, promovemos valores esenciales, como vivir de forma segura, priorizando la seguridad y el medio ambiente; nos proponemos enriquecer vidas, con el compromiso de mejorar el presente y el futuro de las personas y de la tierra. Los fundamentos son claros y simples.
Grandes desafíos se presentan en situaciones como estas. Y si estamos cerca podremos superarlos juntos.