Es la máxima responsable de Comunicaciones para la Región Cono Sur de la empresa Corteva, y está convencida de que la nivelación en la cultura laboral impacta directamente en el negocio
“No importa cuál sea el camino, siempre habrá obstáculos por superar. Pero creo que estamos en un proceso de cambio que es auspicioso”. Así de convencida está Jimena Giralt, gerente de Comunicaciones para la Región Cono Sur de Corteva Agriscience™, que comenzó a trabajar en el sector agroindustrial hace casi 20 años. Con el nacimiento de Corteva, en 2018, y después de un extenso recorrido por distintas áreas de la compañía, Giralt hoy responde en esta entrevista desde una posición de liderazgo, en la que trabaja más que nunca para promover el talento y generar paridad, sin que el género sea una variable a considerar. Bajo ninguna circunstancia.
Desde su lugar de trabajo, Giralt lidera e impulsa la denominada Red WIN (Women’s Inclusion Network), que promueve las políticas de la organización para la visibilización de las problemáticas de género tanto al interior de la compañía como con las comunidades en las que opera. Un programa que busca la nivelación e integración entre mujeres y hombres en todos los niveles. Entre algunos de los resultados exitosos, y concretos, está el libro Luchadoras, que presentó en 2019 en la Cancillería argentina, y que la compañía realizó en asociación con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), con el propósito de darle voz a los referentes y promotores del cambio para cerrar la brecha de género en la agricultura.
-Lleva casi dos décadas trabajando en el sector agroindustrial. ¿Cuáles son los desafíos que enfrenta el rol actual?
-Empecé a trabajar en la industria desde muy joven, a los 18 años (¡ya hace 28 años!) y mi primer trabajo fue administrativo, en Recursos Humanos. Desde ahí pude conducir mi carrera hacia mi área de interés, que era marketing, la carrera que yo estaba estudiando. Y así seguí, año a año, hasta poder llegar a una posición de toma de decisiones, con lo cual puedo decir que hay un camino por recorrer, y que en muchos casos puede ser exitoso y pleno.
Aún así, entiendo que es necesario seguir trabajando arduamente al interior de las compañías y las organizaciones para generar escenarios de paridad y nivelación que hagan resaltar las competencias de las personas, para promover el talento por el talento mismo, sin que el género sea una variable a considerar bajo ninguna circunstancia.
-¿Cuál es la importancia de las políticas de nivelación en la cultura organizacional?
Para nosotros, la nivelación en la cultura laboral impacta en el negocio, es decir, la organización es más dinámica y más eficiente en un ambiente igualitario. Pero sobre todo, comprobamos que la nivelación ya no es más una opción que las empresas pueden elegir si quieren ser líderes en sus negocios. Las políticas de Inclusión, Diversidad y Equidad pasaron a ser una herramienta clave en las organizaciones para la captación de talentos.
Por eso, las políticas de diversidad e inclusión son esenciales en nuestra cultura organizacional.
-¿Cómo impactan las políticas de género en la captación y retención de talento? Y qué impacto tienen en los resultados del negocio?
La rotación es hoy uno de los grandes desafíos que enfrenta el mercado corporativo, donde los índices de renuncias voluntarias oscilan entre el 9 y 15 por ciento (Fuente: Consultora Mercer). En Corteva, y en gran medida gracias a una cultura organizacional moderna y diversa, hemos logrado una rotación del 2,95%, en 2022, en nuestras operaciones en Cono Sur. Esto quiere decir que las personas eligen quedarse a trabajar en la compañía.
-¿De qué se trata «Luchadoras»? ¿Cómo nació el proyecto y cuál fue la repercusión?
Luchadoras es un libro publicado en alianza entre Corteva Agriscience y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), que le dio voz a autoridades distinguidas que han estado contribuyendo de diversas maneras, ya sea con su influencia, sus actitudes y su conocimiento, para cerrar la brecha de género en la agricultura. El libro reúne textos que abordan la situación de las mujeres del campo y su verdadero aporte a la actividad agropecuaria y al desarrollo de los territorios rurales, con el objetivo de generar un potente espacio de reflexión para la formulación de políticas públicas sólidas.
Luchadoras desmenuza datos y estadísticas sobre la vida de las mujeres rurales, responde por qué es urgente crear oportunidades que las empoderen, explica por qué deben tener un lugar preferencial en las agendas nacionales e internacionales de desarrollo y brinda testimonios personales e íntimos de su propio origen rural. Está disponible en http://mujeresrurales.iica.int y contiene textos de mujeres líderes mundiales en los campos político, económico, agrícola y empresarial, entre otros.
Además, el proyecto nace con un estudio que realizó en 2018 Corteva, con el propósito de comprender mejor la naturaleza de este tema. Se analizó el modo de vida y las dificultades que padecen 4200 mujeres rurales de 17 países que pertenecen a cinco regiones del mundo. De acuerdo con el estudio, la voluntad para recibir capacitación y educación surgió como la principal necesidad para eliminar los obstáculos de desigualdad de género.
La apuesta es grande, al igual que las oportunidades. Reducir la desigualdad de género en la agricultura significa una responsabilidad colectiva sumada a un esfuerzo de cooperación que incluye a los sectores privados, a los gobiernos, a las organizaciones no gubernamentales y a otros grupos más.
Asegurar el lugar de las mujeres en la agricultura no es una elección. No podemos alimentar a la población mundial dentro de los próximos 30 años si no se incluyen más mujeres en las tareas agrícolas. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura estima que si a las mujeres rurales se les proporciona igualdad de acceso a los recursos de producción, tales como tierra, agua y crédito financiero, serán capaces de producir entre 20 y 30 por ciento más de alimento. A nivel mundial, tan solo eso sacaría a 150 millones de personas del hambre.
Es mucho más que un asunto socioeconómico. Al fin y al cabo, se trata de mantener la salud, la productividad y la nutrición de cada una de las personas del planeta.
-Cuál es el trabajo que se hace en WIN para visibilizar las problemáticas de género en las compañías? ¿Y cuáles creés que son hoy las principales barreras en esa área?
La problemática de género es un tema esencial en la agenda de desafíos del campo que tenemos en Corteva. Creemos en la educación y la capacitación como herramientas claves para la visibilización y el empoderamiento en el sector. Desde la RED WIN, trabajamos para promover el liderazgo basado en el talento y sin sesgos de género.Realizamos campañas internas y externas de visibilización e inspiración y este año, presentamos la campaña Mujeres al Frente, donde mostramos que la tarea de nivelar comienza por casa. Este proyecto exhibe, con testimonios directos de sus propias protagonistas, cómo es ocupar posiciones que tradicionalmente eran de los hombres en Corteva. Nuestra visión es crear un ambiente de respeto, donde cada empleado sea valorado y tenga la misma oportunidad de desarrollarse, avanzar y ser escuchado.